Durante el juicio se demostró que el Subteniente Juan Pablo Ordoñez y los soldados Jhon Jairo Hernández, Walter Loaiza y Oscar Saúl Cuta, fueron los responsables del homicidio de los sindicalistas Jorge Eduardo Prieto Chapucero, Leonel Goyeneche y Héctor Alirio Martínez.
Asimismo fue condenado a igual pena Daniel Caballero Rozo, Alias Patilla, desertor de un grupo insurgente, quien fue el encargado de realizar un montaje contra los tres líderes, al acusarlos de ser cooperantes de los grupos guerrilleros.
La muerte de los dirigentes sindicales, ocurrida en el caserío Caño Seco, del municipio de Saravena, fue muy controvertida en su momento, pues las autoridades trataron de tergiversar la situación.
En su momento, incluso el vicepresidente del gobierno, Francisco Santos, dijo que eran guerrilleros, mientras que las fuerzas militares insistieron en que habían sido muertos en combate.
Sin embargo, las pruebas de balística y declaraciones de testigos demostraron que las víctimas fueron muertas por disparos hechos a corta distancia y que estaban aparentemente en estado de indefensión.
Los militares, adscritos al Batallón Reveiz Pizarro con sede en el municipio de Saravena, en la actualidad se encuentran presos en el centro de reclusión militar de la localidad de Tolemaida.
El fallo ordena además continuar la investigación con el fin de establecer otros presuntos responsables, incluyendo a altos mandos militares.
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